miércoles, 13 de febrero de 2013

Hasta que Duela

Léelo en silencio
 
El siguiente es el relato verídico de un hombre llamado Víctor. Al cabo de meses de encontrarse sin trabajo, se vio obligado a recurrir a la mendicidad para sobrevivir, cosa que detestaba profundamente.

Una fría tarde de invierno se encontraba en las inmediaciones de un club privado cuando observó a un hombre y su esposa que entraban al mismo.
Víctor le pidió al hombre unas monedas para poder comprarse  algo de comer.

- Lo siento, amigo, pero no tengo nada de cambio -replicó éste. La mujer, que oyó la conversación, preguntó:

- ¿Qué quería ese pobre hombre?

- Dinero para una comida. Dijo que tenía hambre -respondió su marido.

- Lorenzo, no podemos entrar a comer una comida suntuosa que no
necesitamos y ¡Dejar a un hombre hambriento aquí afuera!

- Hoy en día hay un mendigo en cada esquina! Seguro que quiere el dinero para beber.

-¡Yo tengo un poco de cambio! Le daré algo.

Aunque Víctor estaba de espaldas a ellos, oyó todo lo que dijeron, avergonzado, quería alejarse corriendo de allí, pero en ese momento oyó la amable voz de la mujer  que le decía:

- Aquí tiene unas monedas. Consígase algo de comer, aunque la
situación está difícil, no pierda las esperanzas. En alguna parte ay un empleo para usted. Espero que pronto lo encuentre.

-¡Muchas gracias, señora! Me ha dado usted ocasión de comenzar de
nuevo y me ha ayudado a cobrar ánimo. Jamás olvidaré su gentileza.

-Estará usted comiendo El Pan de Cristo! Compártalo -dijo ella con una cálida sonrisa dirigida más bien a un hombre y no a un mendigo.

Víctor sintió como si una descarga eléctrica le recorriera el cuerpo, encontró un lugar barato donde comer, gastó la mitad de lo que la señora le había dado y resolvió guardar lo que le sobraba para otro día, comería el pan de Cristo dos días. Una vez más, aquella descarga eléctrica corría por su interior. ¡El Pan de Cristo!

-¡Un momento! -pensó-. No puedo guardarme el pan de Cristo solamente para mí mismo.
Le parecía estar escuchando el eco de un viejo himno que había
aprendido en la escuela dominical. En ese momento pasó a  su lado
un anciano.
-Quizás ese pobre anciano tenga hambre -pensó-. 
Tengo que compartir el pan de Cristo.


- Oiga -exclamó Víctor-. ¿Le gustaría entrar y comerse una
buena comida? El viejo se dio vuelta y lo miró con descreimiento.

- ¿Habla usted en serio, amigo? El hombre no daba crédito a su buena fortuna hasta que se sentó a una mesa cubierta con un hule y le pusieron delante un plato de guiso caliente.

Durante la cena, Víctor notó que el hombre envolvía un pedazo de
pan en su servilleta de papel.

- ¿Está guardando un poco para mañana? -le preguntó.

- No, no. Es que hay un chico que conozco por donde suelo frecuentar, la ha pasado mal últimamente y estaba llorando cuando
lo dejé, tenía  hambre. Le voy a llevar el pan.

- El  Pan de Cristo! Recordó nuevamente las palabras de la mujer
y tuvo la extraña sensación de que había un tercer Convidado
sentado a aquella mesa. A lo lejos las campanas de una iglesia
parecían entonar a los dos el viejo himno que le había sonado
antes en la cabeza.
 
Los dos hombres llevaron el pan al niño hambriento, que comenzó
a engullírselo. De golpe se detuvo y llamó a un perro, un perro perdido y asustado.

- Aquí tienes, perrito. Te doy la mitad -dijo el niño. El Pan de
Cristo alcanzará también para ti.
El niño había cambiado totalmente de semblante. Se puso de pie
y comenzó a vender el periódico con entusiasmo.

- Hasta luego -dijo Víctor al viejo-. En alguna parte hay un empleo para usted. Pronto dará con el. No desespere.

- ¿Sabe? -su voz se tornó en un susurró-. Esto que hemos comido
es el Pan de Cristo. Una señora me lo dijo cuando me dio aquellas
monedas para comprarlo.  El futuro nos deparará algo bueno!

Al alejarse el viejo, Víctor se dio vuelta y se encontró con el
perro que le olfateaba la pierna.
Se agachó para acariciarlo y descubrió que tenía un collar que llevaba grabado el nombre del dueño. Víctor recorrió el largo camino hasta la casa del dueño del perro y llamó a la puerta.
 
Al salir éste  y ver que había encontrado a su perro, se puso
contentísimo, de golpe la expresión de su rostro se tornó seria. Estaba por reprocharle a Víctor que seguramente había robado el perro para  cobrar la recompensa, pero no lo hizo, Víctor ostentaba un cierto aire  de dignidad que lo detuvo.
 
En cambio dijo:

- En el periódico vespertino de ayer ofrecí una recompensa. ¡Aquí
tiene! Víctor miró el billete medio aturdido.

- No puedo aceptarlo -dijo quedamente-. Solo quería hacerle un 
bien al perro.

- Téngalo! Para mi lo que usted hizo  vale mucho más que eso,
le interesará un empleo?
Venga a mi oficina mañana, me hace mucha falta una persona íntegra como usted.

Al volver a emprender Víctor la caminata por la avenida, aquel viejo himno que recordaba de su niñez volvió a sonarle en el alma, se titulaba:

'Parte el Pan de Vida'...

'NO OS CANSEIS DE DAR, PERO NO DEIS LAS SOBRAS, DAD HASTA
SENTIRLO, HASTA QUE DUELA'.

QUE EL SEÑOR NOS CONCEDA LA GRACIA DE TOMAR NUESTRA CRUZ Y  SEGUIRLO, AUNQUE DUELA.

AHORA, SI LO DESEAS, COMPARTE ESTO CON LOS DEMAS, 'EL PAN DE CRISTO'.....  YO YA LO HICE.

ESPERO QUE SIRVA DE ALGO EN TU VIDA...
¡QUE DIOS LOS BENDIGA SIEMPRE...!!!


Señor Jesús:'Te amo mucho, te necesito para siempre, estás en lo
más profundo de mi corazón, bendice con tus néctares corporales,
a mi familia, mi casa, mi hogar, mi empleo, mis finanzas, mis sueños,
mis proyectos y a mis amigos'.

Pasa esta oración ,No lo ignores.
Permanece contento porque has pasado EL PAN DE CRISTO AMEN!

sábado, 9 de febrero de 2013

IRENA SENDLER in memoriam 2008.

IRENA SENDLER in memoriam 2008.

Ha muerto una señora de 98 años que se llamaba Irena. Durante la Segunda Guerra mundial, Irena consiguió permiso para trabajar en el gueto de Varsovia, como especialista en cañerías y alcantarillas. Pero sus planes iban más allá....sabía cuales eran los planes de los nazis para los judíos (era alemana). Irena pasaba niños pequeños escondidos en el fondo de la caja de herramientas y llevaba un saco de xarpellera en la parte de atrás de la camioneta para los niños mas grandes.
También llevaba un perro al que tenía entrenado para abordar a los soldados nazis cuando entraba y salía del gueto. Naturalmente los soldados no querían saber nada del perro y sus ladridos tapaban a los gemidos de los niños, de esta forma llegó a salvar a 2500 niños.
Los nazis la atraparon y le rompieron las dos piernas y los dos brazos.
Irena llevaba un registro de los nombres de todos los niños que salvaba y los tenía guardados dentro de un bote de cristal escondido al pie de un arbol del jardin de su casa.
Pasada la guerra, intentó localizar a los padres que pudiesen seguir con vida y unir a las familias. La mayoría habían perdido la vida en las camaras de gas. Los niños que se salvaron encontraron casas de acojida o fueron adoptados.
En el años 2007 Irena fué propuesta para recibir el Premio Nobel de la paz, pero no fué escojida, el premio fué para Al Gore por unas diapositivas sobre el calentamiento global y en el 2009 se le dió a Barack Obama tan solo por tener buenas intenciones.

ESTA DAMA ES MI NOBEL!, gran mensaje , no permitamos que caiga en el olvido después de 68 años.
La intención de este mensaje es llegar a 40 millones de personas en todo el mundo. Si te apetece hazlo llegar a todos tus conocidos y pideles que lo difundan.
Gracias
IRENA SENDLER in memoriam 2008.
IRENA SENDLER in memoriam 2008.

Ha muerto una señora de 98 años que se llamaba Irena. Durante la Segunda Guerra mundial, Irena consiguió permiso para trabajar en el gueto de Varsovia, como especialista en cañerías y alcantarillas. Pero sus planes iban más allá....sabía cuales eran los planes de los nazis para los judíos (era alemana). Irena pasaba niños pequeños escondidos en el fondo de la caja de herramientas y llevaba un saco de xarpellera en la parte de atrás de la camioneta para los niños mas grandes. 
También llevaba un perro al que tenía entrenado para abordar a los soldados nazis cuando entraba y salía del gueto. Naturalmente los soldados no querían saber nada del perro y sus ladridos tapaban a los gemidos de los niños, de esta forma llegó a salvar a 2500 niños.
Los nazis la atraparon y le rompieron las dos piernas y los dos brazos.
Irena llevaba un registro de los nombres de todos los niños que salvaba y los tenía guardados dentro de un bote de cristal escondido al pie de un arbol del jardin de su casa.
Pasada la guerra, intentó localizar a los padres que pudiesen seguir con vida y unir a las familias. La mayoría habían perdido la vida en las camaras de gas. Los niños que se salvaron encontraron casas de acojida o fueron adoptados.
En el años 2007  Irena fué propuesta para recibir el Premio Nobel de la paz, pero no fué escojida, el premio fué para Al Gore por unas diapositivas sobre el calentamiento global y en el 2009 se le dió a Barack Obama tan solo por tener buenas intenciones.

ESTA DAMA ES MI NOBEL!, gran mensaje , no permitamos que caiga en el olvido después de 68 años.
La intención de este mensaje es llegar a 40 millones de personas en todo el mundo. Si te apetece hazlo llegar a todos tus conocidos y pideles que lo difundan.
Gracias
IRENA SENDLER in memoriam 2008.